El cuento del otro país de nunca jamás
Existe un país de nunca jamás muy diferente de ese otro que todos conocimos de niños (y de mayores). Este del que os hablo se llama así porque nadie desearía vivir allí nunca jamás.
Es un pais donde la luz es oscura, las sombras queman y la lluvia seca las calles y mata las plantas.
Los caminos no tienen principio ni final, no llevan a ninguna parte ni traen de ninguna otra.
Las mariposas no vuelan, reptan, y los pájaros no cantan, gritan.
La música es desagradable, solo se cantan canciones sin letra.
Las sonrisas son feas y las carcajadas están afónicas.
Allí el tiempo va saltos, los minutos se esperan unos a otros para pasar de golpe por delante de tus narices burlándose de tí y las horas se desordenan.
Los amigos se odian, quedan para discutir y odiarse más aún porque así son menos felices.
Las parejas se engañan, los besos duelen, los abrazos ahogan y las caricias pican.
Los niños no juegan, descansan, no aprenden, olvidan, no les gusta pintar, ni inventar, ni reir y se les regaña cuando se portan bien.
El agua da sed, los caramelos envenenan, el café es un somnífero y el chocolate está prohibido.
Sólo está permitido beber con el objetivo de emborracharse, cualquier otro uso del alcohol es delito.
Allí el que es feliz es un desgraciado, y el desgraciado está feliz de serlo. No se llora ni se rie, las sorpresas se esperan y los regalos se compran.
Según se cuenta, cada vez que alguno de nosotros reconoce sentirse feliz, un habitante del país de nunca jamás es mandado al exilio a nuestro mundo, que no es un mundo perfecto, pero que a ellos les parece el paraíso. Así que tenemos que tratar de ser buenos anfitriones.
y tú, ¿a cuántos te has traido al "exilio"?
Es un pais donde la luz es oscura, las sombras queman y la lluvia seca las calles y mata las plantas.
Los caminos no tienen principio ni final, no llevan a ninguna parte ni traen de ninguna otra.
Las mariposas no vuelan, reptan, y los pájaros no cantan, gritan.
La música es desagradable, solo se cantan canciones sin letra.
Las sonrisas son feas y las carcajadas están afónicas.
Allí el tiempo va saltos, los minutos se esperan unos a otros para pasar de golpe por delante de tus narices burlándose de tí y las horas se desordenan.
Los amigos se odian, quedan para discutir y odiarse más aún porque así son menos felices.
Las parejas se engañan, los besos duelen, los abrazos ahogan y las caricias pican.
Los niños no juegan, descansan, no aprenden, olvidan, no les gusta pintar, ni inventar, ni reir y se les regaña cuando se portan bien.
El agua da sed, los caramelos envenenan, el café es un somnífero y el chocolate está prohibido.
Sólo está permitido beber con el objetivo de emborracharse, cualquier otro uso del alcohol es delito.
Allí el que es feliz es un desgraciado, y el desgraciado está feliz de serlo. No se llora ni se rie, las sorpresas se esperan y los regalos se compran.
Según se cuenta, cada vez que alguno de nosotros reconoce sentirse feliz, un habitante del país de nunca jamás es mandado al exilio a nuestro mundo, que no es un mundo perfecto, pero que a ellos les parece el paraíso. Así que tenemos que tratar de ser buenos anfitriones.
y tú, ¿a cuántos te has traido al "exilio"?