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azuldeblancos

Esperando una visita

Esperando una visita Quino estaba harto de ver en las películas y leer en los libros, y escuchar en las leyendas, que los muertos siempre vuelven a despedirse. Sabía que lo suelen hacer mientras uno duerme; aparecen en tus sueños, te despiertas con una sensación de inmenso cariño, y pensando que tienes a esa persona cerca, que no se ha ido, que vendrá a visitarte con frecuencia, y que nada ha cambiado desde que se fue.
Pero Quino no recibía esa visita. Su padre había fallecido después de esa maldita enfermedad, y a él le quedó un vacío que no sabía explicar. Intentando llamar la atención a ese señor que deja o no deja salir a los muertos a hacer esas visitas tan esperadas por los vivos, Quino trataba de dormirse pensando en él, en lo feliz que le había hecho, en lo orgulloso que se había sentido su padre de sus logros, en que tenía ganas de presentarle al que dentro de dos meses hubiera sido su nieto, ... Pero su padre no le visitaba.
Nació el bebé y Quino lloró de alegría, de tristeza y de tener una mezcla tan extraña de sentimientos entre el agradecimiento y el rencor a ese señor que decidía cuándo debía irse alguien y cuando no, cuándo debía llegar alguien y cuándo no, cuándo vienen las visitas y cuándo no.
Ahora Quino disfruta con su hijo como él lo hizo con su padre; le habla mucho de su abuelo, porque alguna vez escuchó, que nadie se ha muerto del todo mientras alguien le recuerde y hable a los demás acerca de él. Y le habla también de ese señor a quien Quino guarda tanto rencor, el que todavía no ha dejado que su padre le haga la visita que continúa esperando.

4 comentarios

Azulita -

Lehahiah, yo no pienso dejar nunca que muchas personas memorables mueran del todo.
Un beso

Azulita -

Sergi, estoy de acuerdo contigo; algún día escribiré algo sobre un maravilloso brazo (uy, ya estoy pensando en ello, se me están ocurriendo mil formas de describirlo). No tardaré
Que los Reyes te traigan todos tus deseos.
Azulita

Sergi -

a veces temo olvidar, por matar del todo a los que ya no están...

Tu post anterior me ha recordado una tarea olvidada, mi "Cartografía"... pocas cosas le hacen sombra a mi fetichismo por los brazos de algunas mujeres... que mi febril adoración por un cuello de gacela en el que respirar... ays... feliz año, azules 361 sonrisas.

lehahiah -

Llevas razón en algo Azul: nadie muere del todo mientras viva en el recuerdo de los otros.

Un besazo