sin olor
Me ha venido a la memoria una conversación que tuve de pequeña con mi hermana mayor.
- ¿sabes qué?, pobre hombre, el vecino de enfrente no tiene olfato
- ¿qué significa eso?. - Le contesté a mi hermana
- Pues igual que un ciego no ve, o que un mudo no habla o que un sordo no oye, él no puede oler.
Entonces le dije, convencida de mis palabras - Qué dices, no me compares no ver o no oir con no oler, no te pasa nada si no hueles las cosas, incluso es mejor, porque no te enteras de cuando huele mal.
Hace pocos días me crucé con este señor, el vecino de enfrente de mi casa (aunque ya no viva ahí, sígo llamándola mi casa) y recordé esa conversación. Entonces sí me di cuenta de lo que le habían robado:
No poder transportarse a esos momentos mágicos que sentimos al reconocer un olor familiar, el olor del campo en verano al anochecer, el olor propio de la casa de tu amiga de la infancia, el olor de la ropa de la persona que echas de menos, el olor de la colonia del primer amor, el olor del té con caramelo, el olor de la piel excitada, el olor de la leña calentándote en la chimenea, el olor de la lavanda en primavera, el olor de un paseo bajo los naranjos en flor, el olor de una comida preparada con esmero, el olor de las hojas de un libro, el olor de tu madre, el olor de la lluvia, el olor de una fresa al ser mordida, el olor del bosque al despertar en una tienda de campaña, el olor de tu casa cuando llegas de viaje ...
Tengo que acordarme de decirle a mi hermana el próximo día que la vea - Montse, tenías razón, qué putada no tener olfato. No va a saber de que lé hablo, pero tenía razón.
- ¿sabes qué?, pobre hombre, el vecino de enfrente no tiene olfato
- ¿qué significa eso?. - Le contesté a mi hermana
- Pues igual que un ciego no ve, o que un mudo no habla o que un sordo no oye, él no puede oler.
Entonces le dije, convencida de mis palabras - Qué dices, no me compares no ver o no oir con no oler, no te pasa nada si no hueles las cosas, incluso es mejor, porque no te enteras de cuando huele mal.
Hace pocos días me crucé con este señor, el vecino de enfrente de mi casa (aunque ya no viva ahí, sígo llamándola mi casa) y recordé esa conversación. Entonces sí me di cuenta de lo que le habían robado:
No poder transportarse a esos momentos mágicos que sentimos al reconocer un olor familiar, el olor del campo en verano al anochecer, el olor propio de la casa de tu amiga de la infancia, el olor de la ropa de la persona que echas de menos, el olor de la colonia del primer amor, el olor del té con caramelo, el olor de la piel excitada, el olor de la leña calentándote en la chimenea, el olor de la lavanda en primavera, el olor de un paseo bajo los naranjos en flor, el olor de una comida preparada con esmero, el olor de las hojas de un libro, el olor de tu madre, el olor de la lluvia, el olor de una fresa al ser mordida, el olor del bosque al despertar en una tienda de campaña, el olor de tu casa cuando llegas de viaje ...
Tengo que acordarme de decirle a mi hermana el próximo día que la vea - Montse, tenías razón, qué putada no tener olfato. No va a saber de que lé hablo, pero tenía razón.
10 comentarios
LLuvia -
debo -
la primera vez que pase la tarde con mi novio, me pase el dia siguiente en la tienda oliendo uno a uno los perfumes, asta que pude averiguar el suyo... ufff la de cosas que senti...
o cuando al llegar a casa note su olor en mi camisa, despues de psar toda la tarde con su chaketa puesta...
tq quiero azul!! gracias por este post.. genial de evrdad...
Magda -
Otro beso.
AZUL de Blancos -
Sergi, qué bien huele esta tierra mojada al sol.
Sergi -
"Anosmático", es lo que le pasa a ese hombre, eso es, pero se me antoja un nombre casi ficticio para tamaña ausencia.
En fin... un abrazo con aroma de tierra mojada al sol.
:-)
Poledra -
Un abrazo!!
Magda -
Un beso!
Trini -
Un beso
pitijopo -
mirada -
he conocido ayer tu blog, no dejaré de visitarlo. Capta totalmente mi curiosa mirada, la mirada de esta novata blogera ;-) gracias..Besos